Para que hayan días buenos, supongo que deben haber días malos. Es decir, no puede uno estar siempre con los ánimos por las nubes y viendo lo positivo. Porque por muchas cosas buenas que Leo tenga y nos encante, tener TEA es una mierda. Tal cual. Suelo decir muchas palabrotas así que ¿por qué iba a cortarme aquí, si no se me ocurre una mejor?
Está claro que él es muchas otras cosas aparte de este trastorno, pero no saber si los días malos son sólo pasajeros o si serán la nueva norma, es una mierda. No saber si lo que haces está bien o mal, es una mierda. Tener dudas sobre la nueva dieta sin gluten ni leche que recomiendan aunque sin estudios científicos que la avalen pero con la que muchos padres dicen haber notado mejoría y sin saber si es lo adecuando para tu hijo, y aún así continuar, es una mierda. Pasarte los días diciéndole "Leo ven" y que nunca venga, pero aún así seguir intentándolo, a veces para que la gente vea que lo intentas, a veces por si algún día te llevas una sorpresa, es una mierda. Que tu hijo no corra a abrazarte llamándote mamá, después de haber pasado el día sin ti, es una gran mierda. Y estar cansada, agotada, cada día, sin tener un minuto para ti, porque tu hijo con TEA te absorbe todo el día, y tu hijo de 17 meses te absorbe también no sólo durante el día, sino casi toda la noche, es otra mierda. O estar desde las 21.30 hasta las 00.30h intentando que se duerma con múltiples estrategias y aguantando gritos, pataleos, intentos de escapada, más gritos destroza-tímpanos, berrinches, y no poder ni relajarte ese momento del día y pensar que no haces nada bien y que no deberías perder la paciencia otra vez, y que deberías tratarlo con más cariño en vez de ser tan brusca, y aguantarte las ganas de darle unos azotes en el culo, es otra grandísima mierda.
Y cuando por fin consigues que se duerma, ya no te quedan ganas de dedicártelas a ti misma, y aquí estás, a la 1h de la mañana, desahogándote como puedes con los ojos llorosos y sintiendo que maldita sea mi suerte. Tener autismo es una p... mierda.
Pero mañana será otro día y seguro que será mejor, al menos habremos aprendido algo de los fallos de hoy. Lo que seguro que no hemos aprendido es a dejar de decir palabrotas. Puede que algún día.
Buenas noches de mierda.